El mundo siempre podrá disfrutar de todo menos de ver a alguien distinto triunfar. Desgraciadamente y en pleno siglo XXI, el racismo sigue siendo tema de controversia en el ámbito deportivo, aunque de años atrás la Federación Internacional de Fútbol ya viene tratando de lidiar con este gran problema sin tener mayores resultados. 

A pesar de lo que muchos podrían creer, la liga con más presencia de racismo es la Seria A de Italia. Durante su estancia en esta liga, Mario Balotelli “el Nene” ha reportado muchos incidentes de este tipo, incluso con sus mismos compañeros.  En 2014, durante una concentración de la selección italiana, un sujeto se acercó al delantero para recriminarle por defender los colores del combinado europeo a pesar de ser de color.

Un caso más de racismo lo vivió el camerunés Samuel Eto’o, quien en 2010, durante una visita a Cagliari, los asistentes al encuentro simularon el aullido de un mono cuando Eto’o tenía el balón en sus pies. Ante esto se solicitó que pararan las agresiones o el duelo sería suspendido de manera inmediata.

Otro futbolista víctima de estas absurdas agresiones fue Romelu Lukaku. A tan sólo 5 días de su debut con Inter, Lukaku fue víctima de gritos que imitaban a un simio previo a cobrar un penal contra Cagliari. Y 9 días después, Luciano Passirani aseguró en televisión que la única manera de detener al atacante era dándole 10 plátanos, con lo que implícitamente lo comparó con un primate.

A pesar de un gran talento y de haberlo ganado todo, la afición no perdona. El brasileño Dani Alves también fue víctima del racismo, ya que durante un cobro de tiro de esquina un sector de la afición arrojó un plátano al lateral. Aunque el defensor actuó con inteligencia y devoró la fruta.

El caso que más duele como mexicanos es el del pentapichichi Hugo Sánchez. El ex delantero del Real Madrid tuvo un prolífico paso por el fútbol español, aunque durante su primer año defendiendo los colores del Atleti, su propia hinchada lo tildó de “indio”. Poco tiempo después, Sánchez se ganó a los fans y se tuvieron que tragar sus palabras.