Enrique Bonilla, presidente de nuestra siempre ejemplar Liga MX, recientemente declaró algo que nos dejó con el ojo cuadrado. Resulta que Bonilla reveló que los árbitros mexicanos son los mejor pagados de todo el continente americano.
“Se les dan una compensación, que realmente en ninguna parte de este continente se pagan las cantidades que pagamos, de tal manera que ellos puedan tener la tranquilidad de no estar preocupados si falta o no falta recurso económico en sus casas. Por el otro lado, les estamos pidiendo que correspondan con trabajo de calidad.”
Aunque las declaraciones de Bonilla pueden parecer muy diferentes a lo que se refleja semana a semana en la cancha, la verdad es que los árbitros mexicanos podrán quejarse de muchas cosas, menos de su sueldo. Lo que no nos termina de cuadrar es lo siguiente: si reciben una paga bastante decente, ¿porqué el nivel del arbitraje en México se encuentra en su peor momento?
Datos no oficiales señalan que los árbitros ganan entre 24 mil y 38 mil pesos por partido, en pocas palabras, si llegan a dirigir varios partidos pueden embolsarse hasta medio millón de pesos por torneo (esto si no contamos todas las cosas que se les pagan “por debajo del agua”).
La crisis en la que vive el arbitraje en México puede deberse a diversos factores, muchos dicen que los principales responsables son los directivos y los dueños de los equipos, quienes presionan frecuentemente a los silbantes para que favorezcan o perjudiquen a ciertos equipos o jugadores. Muchos rumores señalan que son ellos mismos quienes promueven el hecho de que el arbitraje no sea justo con muchos equipos; además de que son los mismos directivos quienes no han permitido que la tecnología llegué al fútbol mexicano, para mejorar la calidad del arbitraje, argumentando que es muy costoso.
Muchos otros piensan que los jugadores tienen gran parte de responsabilidad en la falta de confianza que se le tiene a los árbitros en México. En los últimos torneos se ha hecho más que evidente el hecho de que los futbolistas no respetan a los árbitros y las faltas de respeto, como insultos y hasta golpes o empujones, son cada vez más comunes en nuestro balompié. En parte, pensamos que si los futbolistas respetaran la autoridad del árbitro en un partido y evitarán el fingir faltas, esto sin duda ayudaría a que los juegos fueran mucho más fluidos.
Por último, varios expertos señalan a los árbitros como los principales culpables de la crisis. Es cierto que el arbitraje se encuentra mal en varias ligas del mundo, aunque en México cada vez es más común el quedarnos impactados por que el árbitro no fue capaz de marcar una jugada o se equivocó de la forma más increíble. Lo triste del caso es que, a pesar de que ganan bien, los silbantes parecen personas incompetentes, que solamente buscan salir en la tele o llevarse una rebanada del pastel, que se dividen entre dueños, directivos y ellos mismos.
Ni modo, esperemos que en un futuro, el arbitraje realmente desquite el sueldo que se le paga.