En cada justa Olímpica de verano, el desempeño de los atletas mexicanos no deja el mejor resultado para todos, entendemos que tener los ojos del mundo y las esperanzas de todo un país encima no es fácil, y más aún sin los apoyos adecuados, pero ese no es el caso de los atletas paralímpicos.

Hoy hablamos de la gloriosa participación de la delegación paralímpica mexicana, y su fallido estado nacional.

Hidelberg 1972, fue el debut de México en los juegos paralímpicos, que celebraban su cuarta edición; sí bien no fue el mejor año para México, fue el nacimiento de una nueva etapa en la historia del deporte nacional. La delegación nacional, desde entonces, ha aumentado en cada una de sus participaciones (excepto en Beijín 2008, que bajó).

A la fecha, México tiene 288 medallas, ocupando el lugar 19 en el medallero general, de estas, 97 son de oro, 90 de plata y 101 de bronce, números que contrastan con el desarrollo y apoyo que hay para el deporte nacional.

Rio 2016, fue un evento controversial para las autoridades deportivas del país; en esta última justa veraniega, Alfredo Castillo, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), aseguraba que los resultados obtenidos eran reflejo de la motivación y compromiso para con la delegación paralímpica; quien además fue señalado por presuntos actos de corrupción.

En ese año, de los 71 atletas que conformaban la delegación nacional, solo 25 habían recibido el apoyo económico correspondiente, que brinda el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar).

3.3 veces más, es la diferencia que hay entre el presupuesto otorgado a los atletas convencionales, contra los paralímpicos; con resultados abismales en el medallero. La problemática no se limita al apoyo gubernamental, la falta de patrocinadores hace todavía más difícil el desarrollo de los atletas.

¿Qué se necesita para comenzar a creer en todos los deportistas nacionales?

@BalonesYMujeres