El reciente ataque a un autobús de River Plate, puso sobre la mesa los problemas que en muchas ocasiones han ocasionado los aficionados argentinos.
Mauricio Macri, presidente de Argentina, impulsó una ley que fortalecerá las penas contra los integrantes de las barras bravas, luego del ataque de hinchas de River Plate al autobús de Boca Juniors, ocurrido el sábado, el cual obligó a que se suspendiera la final de la Copa Libertadores entre ambos equipos.

El sábado pasado se pospuso un par de veces el partido, tras la agresión ocurrida a pocas cuadras del estadio Monumental del River, después se anunció que se jugaría el domingo, pero volvió a ser suspendido por ‘’desigualdad deportiva’’, ya que varios futbolistas de Boca, que habían sufrido heridas en el ataque con piedras al autobús, no estaban en condiciones de jugar.

El capitán de Boca, Pablo Pérez, sufrió cortes en los brazos y una lesión ocular, mientras que otros jugadores también resultaron heridos o sufrieron vómitos, afectados por gases lacrimógenos.
Pérez declaró: ‘’Yo no puedo jugar al fútbol así, si veo una cancha donde sé que puedo llegar a morir. Imaginen, nosotros vamos y ganamos en su casa, ¿qué pasa?, ¡me matan!.’’
Macri afirmó que hay ‘’fallas en el sistema’’ de organización de los partidos de fútbol, y apuntó contra «parte de la dirigencia (de los clubes) que apaña (tolera) este tipo de cosas, que apaña como una conducta razonable tirar piedras. No puedo resignarme que, para organizar un espectáculo deportivo, haya que militarizar toda la zona, prácticamente toda la ciudad, es una locura.’’

A raíz del fracaso del operativo policial, previo a la final de la libertadores, el Ministro de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, presentó su renuncia.
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