En el mundo del fútbol, se han creado figuras que siguen vigentes hasta el día de hoy, y esto se debe a sus grandes logros en este ámbito. Distintas figuras se han mantenido en el ojo de los medios, por distintas circunstancias, por ejemplo, el rey Pelé se mantuvo a la expectativa de sus seguidores, por los comerciales que ha realizado y por un escándalo de lavado de dinero, en el que se vio involucrado su hijo.
Otra figura que ha mantenido a los comentaristas deportivos ocupados, es el astro argentino Diego Armando Maradona. Este ex jugador fue polémico desde sus años de futbolista, por sus diversos escándalos de drogadicción y por su famosa “mano de Dios” en el mundial de México 1986, sin embargo, Diego ha vuelto a ser noticia por su exagerado comportamiento y su estado de intoxicación.
El último espectáculo que montó Diego fue el pasado 26 de junio, cuando la albiceleste se midió en contra de la selección de Nigeria, partido el cual se mantuvo 1-1 hasta momentos antes de terminar, cuando Marcos Rojo, en el minuto 86, marcó el tanto que catapultaría a Argentina a octavos de final.
El partido quedó en segundo término, cuando las cámaras enfocaron a Diego Armando Maradona, embajador de la FIFA, montando un show de obscenidades, las cuales no representaban para nada los valores del torneo.
Diego, claramente, se encontraba en un estado de ebriedad y/o intoxicación un poco grave, ya que se podía notar su rostro eufórico (más de lo normal), además de que una persona de su equipo lo tenía que abrazar a la altura de la cintura, para que no fuera a caer del palco en el que encontraba.
Al terminar el encuentro, y tras dar uno de los peores ejemplos, Diego fue auxiliado por sus colaboradores para poder salir del inmueble, ya que su estado no le permitía hacerlo por su propia cuenta. Al dejar el palco, recibió atención médica en las instalaciones del estadio de San Petersburgo y, posteriormente, fue llevado a un hospital para ser atendido de mejor manera.
Es una vergüenza que un personaje que es seguido por niños, y además embajador de una asociación que promueve los buenos valores, haga este tipo de espectáculos en plena Copa Mundial.
Afortunadamente, le fue retirado el título de embajador de la FIFA, así como los diez mil euros que le daban, por partido al que asistía.