Durante mucho tiempo, la lucha libre ha sido un ícono de la cultura mexicana, al grado que muchos extranjeros vienen única y exclusivamente a la Ciudad de México para disfrutar de este espectáculo. La verdad es que este deporte siempre ha sido del agrado del público ya que, durante esos eventos es muy común desahogarse de todo el estrés que conlleva vivir en este país, por lo que meterse con el luchador es completamente válido, lo que hace que el espectáculo sea aún más atractivo y divertido.
Mucho se ha hablado sobre las sobreactuaciones de los luchadores mientras “pelean”, y es que en ocasiones es muy evidente que los movimientos que se realizan están muy bien coreografiados, sin embargo, existen diversos casos que certifican el peligro de este deporte.

Recientemente, en la Arena López Mateos, de Tlalnepantla, Estado de México, el luchador Ángel o Demonio arrojó un ladrillo a la cabeza de su contrincante, Cuervo de Puerto Rico. Esta acción obligó a la Comisión de Box y Lucha Libre del Estado de México a tomar medidas.
A través de las redes sociales, se informó que el luchador Ángel o Demonio fue suspendido por 60 días en el Estado de México, pero eso no es todo, también el promotor de luchas Boom, Juan Morales Mejía, fue suspendido indefinidamente. El lugar de los hecho, la Arena López Mateos, también fue sancionada por no cumplir con las disposiciones de la Comisión, por lo que no abrirá sus puertas para nuevos eventos.
Este suceso nos trajo a la mente algunos casos en los que la realidad sobrepasaron, por mucho, a la ficción achacada a este deporte.

En 2015, un enfrentamiento en Tijuana, desembocó en tragedia ya que el hijo de uno de los luchadores más emblemático de este país, el Perro Aguayo, perdió la vida tras una de las técnicas de su contrincante, Rey Mysterio. El luchador quedó inconsciente, sin embargo, continuaron el combate hasta el final pues creían que todo era parte del show. El luchador falleció a los 35 años de edad debido a un paro cardíaco, luego de romperse tres vértebras.
Otro suceso que consternó al mundo de la lucha libre fue el de Oro, el cual falleció el 26 de octubre de 1993 a los 21 años de edad. Este joven luchador recibió un impacto en la cabeza para después desplomarse. La lucha culminó, pese a que Oro estaba tirado y se cree que sufrió un aneurisma cerebral.