El mundo del deporte es caprichoso y siempre actúa de un modo extraño donde no siempre los buenos son los que ganan.
A lo largo de la historia del deporte han ocurrido tragedias que terminan con carreras completas, desde futbolistas hasta pilotos han sufrido por una u otra razón. Pero no sólo en deportes de contacto o de alto riesgo existen desafortunados acontecimientos que acaban con carreras exitosas, también en deportes tan nobles como el tenis. Esta vez nos enfocaremos en un grande, un ícono del deporte blanco: Rafael Nadal.
Rafael Nadal Perea es un tenista español que nació en Mallorca el 3 de junio de 1986. Su vida se vio ligada al tenis desde los 4 años, pues su tío, Toni Nadal, era un apasionado de este deporte y lo llevaba a entrenar con él casi todos los días.
Con tan sólo 11 años Rafael fue campeón de España, y con 12 de Europa. Cuando tenía 13 repitió el mismo triunfo y con 14 años de edad ganó el Campeonato del Mundo.
Rafa hizo historia entrando a la ATP con tan sólo 15 años y a los 16 se convirtió en el tenista más joven en ganar un partido dentro del circuito. Con 17 años jugó la Copa Davis, con 18 ganó sus primeros torneos importantes y con 19 el Roland Garros, convirtiéndose en el número 2 del ranking mundial.

Recientemente, el que es considerado como uno de los mejores tenistas de la historia ha declarado que es posible ver un fin a su carrera debido a un mal que lo aqueja desde hace algunos años.
El español sufre del síndrome de Müller-Weiss, una displasia (anomalía en el desarrollo de un tejido de una parte anatómica del organismo), en este caso del escafoides tarsiano que se produce en la infancia y se sufre en la edad adulta. Esta patología puede ocasionar dos cosas: el retraso en la osificación del escafoides y la compresión de la porción lateral del escafoides por una lateralización de la articulación subastragalina (parte posterior del pie).

Nadal jugó la final del Roland Garros en 2022, donde jugó con el pie prácticamente anestesiado por lo que no tuvo problema alguno. Después del encuentro, el español declaró, «No puedo seguir compitiendo con el pie dormido, hay que encontrar una solución».
«Me encantaría seguir compitiendo, así que la próxima semana voy a hablar con varios médicos y contemplar diversas opciones. Recibiré un tratamiento de radiofrecuencia y espero que me ayude para disminuir el dolor. Mi médico me ha puesto varias inyecciones en los nervios del pie. Estoy jugando sin dolor, pero también sin sensaciones. El problema es aceptar todas las cosas que tienes que hacer», añadió.

Es claro que Rafael no puede continuar su carrera de esta manera y él mismo ha declarado que de no encontrar una cura para su padecimiento será necesario dejar el tenis a un lado. “Jugar al tenis es una de mis prioridades, pero no está por encima de ser feliz en mi vida”, agregó.
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