Hablar de fútbol femenil es hablar de un gran progreso en los últimos años y de un talento inimaginable. Sin duda, esta rama del deporte de las patadas ha ido posicionándose de manera increíble en los últimos años, al grado de darnos estrellas que deleitan las pupilas de los aficionados.
Una de las mayores estrellas que han surgido en los últimos años es Marta Vieira, una brasileña que ha ganado prácticamente todo. Marta Vieira da Silva nació en Dois Ranchos, Alagoas, Brasil, el 19 de febrero de 1986.

Vieira desde muy pequeña dio pinceladas de lo que sería su futuro, sin embargo, su propia familia le impedía desarrollar su talento por completo argumentando que esa actividad no era para niñas.
A pesar de todo pronóstico, Marta logró su sueño. En el año 2000 inició su carrera profesional con el Vasco da Gama, donde comenzaría a dar destellos de magia.
Dos años después de su debut profesional se trasladó al Santa Cruz-MG, para luego ser transferida al Umea IK de Suecia. Gracias a este último equipo, su fama comenzó a traspasar fronteras.
En 2009 los frutos llegaron y se le abrió camino a la Liga estadounidense, donde jugó para Los Ángeles Sol, el F.C. Gold Pride y el Western de Nueva York.

En la selección nacional, Marta siempre fue pieza clave para los logros que adquirieron. En 2003 logró la medalla de oro en los Juegos Panamericanos llevados a cabo en República Dominicana, así como la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Marta Vieira da Silva fue seleccionada por la FIFA como la mejor jugadora del mundo de 2006, 2007, 2008 y 2009 y Balón de Oro en 2010.
Después de los Juegos Panamericanos de 2007, Marta fue comparada al gran jugador Pelé, hecho que la emocionó al saber que el mejor de todos había hecho ese reconocimiento. Además de esto, entró en la acera de la fama del Estadio Maracaná, siendo la primera y la única mujer en dejar la marca de sus pies en este recinto.

El 27 de septiembre de 2007, durante el partido de semifinal en la Copa Mundial Femenil de Fútbol, realizada en la República Popular China, contra los Estados Unidos, marcó el gol que ayudó a Brasil a llegar por primera vez en su historia a la final de esa competición.
Brasil quedó en segundo lugar y Marta fue escogida la mejor jugadora de la Copa, recibiendo el Balón de Oro además de que fue la máxima goleadora de la justa deportiva con 7 goles.