Es nacionalmente conocido, que existe una maldición que aqueja a uno de los equipos grandes del fútbol mexicano. La maldición del Cruz Azul, ha pasado de ser una simple broma, a un verdadero tema de debate en nuestro país; ¿Será real? ¿Los embrujaron? ¿Su estadio está maldito? ¿Algún día volverán a ser campeones?
Lo cierto es que este tema, ha generado múltiples supersticiones, incluida aquella, que asegura que cualquier equipo o persona que sea apoyado por algún aficionado del club celeste, está destinado a perder; lo peor, es que esto ha sido comprobado en múltiples eventos.
Al cargar con más de 19 años sin ganar un título de liga, es indudable que existe una gran presión dentro de la institución cementera –la última vez que fueron campeones del fútbol mexicano, fue en 1997, venciendo al León– pero, la peor parte se la han llevado los aficionados, quienes fielmente han seguido apoyando a su equipo, en las malas y en las peores.
Pero, ¿de quién es la culpa?; muchos expertos aseguran que la culpa la tienen los directivos, quienes no han sabido manejar de la mejor forma, ni sus recursos, ni a su plantel. El gran ejemplo de esta situación, radica en que, durante las últimas temporadas, el club se ha hecho con los servicios de varios jugadores extranjeros, quienes llegan prometiendo mucho, y no rinden de la mejor manera dentro del terreno de juego.
A tanto ha llegado la desesperación de los cruzazulinos, que se tiene planeado que en 2017, se muden de residencia, esto por considerar al Estadio Azul –lugar que ha sido su casa por 20 años– parte importante de la maldición.
Su afición ha pasado 38 torneos, sin ver a su equipo campeón –incluidas cinco finales perdidas de liga, y otras dos de Liga de Campeones–; estos acontecimientos, incitaron a la burla colectiva, titulada “El Subcampeonísimo”, aunque eso fue sólo el inicio, ya que, el Cruz Azul, lleva cuatro torneos consecutivos sin calificar a la liguilla, situación que ha mermado significativamente en el apoyo de su público.
Es importante preocuparnos por este equipo, el cual forma parte de los cuatro grandes del fútbol mexicano (junto a Chivas, América y Pumas), ya que su falta de organización, de contundencia y de compromiso, solamente provocarán que su afición se canse y se retire completamente, por el poco apoyo que tiene actualmente, después de firmar su peor arranque de torneo desde 2004.
¡Arriba amigos celestes, que no todo está perdido! Siempre está la opción de cambiar de equipo, cuando el tuyo sólo te da sufrimientos; aunque debemos aceptar, que la fidelidad y el aguante de los aficionados cementeros, es algo de admirar; sin duda, merecen un equipo que les de todas las alegrías deportivas que se merecen.